Ejecución de proyectos

El principal objetivo en la ejecución de proyectos sociales tiene que ver con el mejoramiento de una situación identificada como problema. De ahí que la mayor preocupación del operador/ejecutor sea alcanzar el impacto deseado, superando las limitaciones internas y externas que se puedan presentar durante el proceso de ejecución.

Dentro de las limitaciones internas se pueden contemplar la capacidad del operador. Por su parte, como dificultades externas se pueden enunciar la baja generación de sinergias institucionales, apatía de los beneficiarios o receptores y existencia de riesgos no contemplados o difíciles de manejar (situaciones de caso fortuito o fuerza mayor). Veamos cómo hacer frente a ellas.

  • Limitaciones internas: en teoría, la capacidad técnica y financiera del operador son condiciones previas que se debieron haber revisado antes de comenzar con la ejecución del proyecto. Damos por sentado que estos supuestos han sido contemplados y nos referimos entonces a limitaciones sobrevenidas una vez iniciada la ejecución, tales como una modificación en la reducción del tiempo de vida del proyecto. Lo anterior, requiere readecuación de los recursos con que dispone la entidad, para lo cual es necesario por ejemplo aumentar la contratación de personal idóneo para cumplir con los objetivos planteados.
  • Limitaciones externas: la falta de coordinación entre instituciones puede llevar a la repetición de acciones o a la ausencia de proyectos en otras áreas importantes de la problemática abordada. Cuando se ejecutan proyectos con actividades similares se genera un desgaste en la población beneficiaria y esto se ve reflejado en la baja participación de la misma. Si conseguir la participación de los beneficiarios es una labor maratónica, se deben replantear a futuro las actividades de intervención, incluyendo a los afectados: así se reduce la falta de motivación de los beneficiarios y se aumenta el impacto del proyecto.

Sin embargo, hay situaciones que son más difíciles de prever, como las enunciadas anteriormente (fuerza mayor, caso fortuito). Si como operador evidencia que el cumplimiento de las actividades se ve amenazado por dichas situaciones y reducir el tiempo no es una opción, lo mejor es reunirse con el staff ejecutivo y ponerles al tanto de sus inquietudes, siempre teniendo presente que su interés  es alcanzar los objetivos planteados.

En cuanto a la falta de articulación institucional, tenga en cuenta que deberá afrontar con lucha de intereses personales, anhelos de protagonismo, intereses ocultos y también diferentes esquemas de organización y planeación. Para lograr una sinergia en su sector y superar algunos de los anteriores desafíos, el libro de Dale Carnegie How to win friends and influence people es muy oportuno.

Finalmente, se debe destacar que siempre se ha hablado de la necesidad de realizar seguimiento a los proyectos como un mecanismo de introducción de acciones de mejora. Para ello, resulta conveniente la programación de reuniones periódicas que permitan revisar el cumplimiento del cronograma y los objetivos del proyecto. Trate de que las reuniones sean cortas pero buenas. Asimismo, el establecimiento de sistemas de comunicación es fundamental para agilizar procesos, involucrar a los actores y difundir el avance del proyecto.


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